TORREMOLINOS Y EL “HOTEL PEZ ESPADA”.

 Fueron en los años 60 cuando Torremolinos comenzaba a convertirse en un manifiesto vivo de modernidad, libertad y glamur.  Mientras la vida se encorsetaba en aquellas décadas de posguerra, Torremolinos se transformaba en un escenario audaz e innovador donde mostrar su modernidad ante las demandas que recibía.

El hotel Pez Espada se erigía como potente referencia turística para atraer a los grandes personajes del mundo social y artístico, que confluían en sus excepcionales espacios del vestíbulo con las bellas columnas óseas sobre las formas orgánicas de sus solerías, las espléndidas habitaciones con sus terrazas mirando hacia esa línea mágica en donde parece unirse el mar con el cielo, y en sus salones y jardines como testigos de los apasionantes encuentros en donde se brindaba por el porvenir mientras la música de vanguardia, la arquitectura moderna y la sensualidad fluían sin pudor.

El Hotel Pez Espada se convirtió en un icono de la Costa del Sol, en un referente de la arquitectura moderna desde su construcción en 1959 por los Arquitectos Manuel Muñoz Monasterio y Juan Jáuregui Briales. Fue catalogado como Bien de Interés Cultural en 2006 y recientemente por la Fundación Docomomo por su valor patrimonial tal como se hace constar en su placa conmemorativa.

Torremolinos y su Hotel Pez Espada fue la incipiente luz de un turismo que iluminaba el panorama de una España aún sombría. Un laboratorio hedonista, mestizo e innovador, donde el turismo no solo era sol y playa sino una revolución ilusionante en donde la modernidad estaba señalando el inicio de lo que sería la Costa del Sol.

El proyecto del nuevo Plan General de Torremolinos intenta recuperar no tanto la nostalgia de un pasado, sino el espíritu vibrante de sus inicios para encontrar un ilusionante futuro al que legítimamente aspira dentro de la conurbación de la Costa del Sol.